Aguamarina
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Dióxido
NUESTRAS JOYAS CON ÓPALOs
1.Anillo de oro rosa con un Ópalo de Fuego de color naranja, talla brillante, montado como un solitario
2.Anillo de oro rosa con un Ópalo de Fuego de color rojo intenso, talla brillante, montado como un solitario
La opalescencia del ópalo se debe al contenido en agua que tiene la piedra, ya que en ella se forman hileras de microscópicas esferas de dióxido de silicio, produciendo una difracción de la luz muy especial.
El ópalo puede encontrase en varios colores, pero en joyería sólo se utilizan cuatro tipos: el blanco -que tiene un cuerpo blanco o de color claro y es el más común-; el negro -que también contiene azul oscuro o verde y es el más valioso, ya que acentúa el juego de colores que posee esta gema-; el Ópalo de Fuego -que es transparente o translúcido y de color naranja o rojo-; y el Ópalo de Agua -que posee destellos brillantes de color, sobre un fondo transparente e incoloro-.
De todo el ópalo que se extrae de la tierra, el 95% es el ópalo común, que no tiene valor alguno ya que no presenta juego de colores. El 5% restante se conoce como ópalo noble, pero sólo el 0,25% es utilizable en joyería -el resto es de muy mala calidad- ya que es el que puede ser transparente, translúcido u opaco, pero con efectos ópticos interesantes: el juego de colores (aparición de placas que cambian de color como consecuencia de la difracción de la luz sobre el agua contenida en la piedra) y la opalescencia.
Los primeros yacimientos aparecieron en las actuales regiones de Checoslovaquia y Hungría; posteriormente se han encontrado minas en Australia y Centroamérica, por ejemplo el Ópalo de Fuego, que procede de Méjico.
Era una piedra ya conocida por los aztecas. Los romanos la consideraban símbolo de la esperanza y de la pureza. Para los primeros griegos, representaba los poderes de la predicción y de la profecía. En cuanto a los árabes, creían que había caído del cielo en forma de destellos de relámpagos.
A mediados del siglo XIX cayó sobre el ópalo una tenebrosa leyenda negra a raíz de una novela de Sir Walter Scott, según la cual traería mala suerte a todos aquellos que la poseyeran sin haber nacido en el mes de octubre. La misma mala suerte que acompañaba a la protagonista de su obra y cuyo ópalo se tornaba de un rojo intenso cada vez que ésta se encolerizaba y que finalmente se tornó gris a su muerte. Esta superstición acabó cuando esta gema fue elegida por la Reina de Inglaterra para realizar un regalo de boda a otros miembros de la nobleza real europea.
René Lalique, uno de los más importantes artistas del Art Noveau francés, conocido por sus obras de arte en cristal y por sus piezas de joyería, creó un estilo muy personal apartándose de los materiales tradicionales en joyería, para utilizar fundamentalmente el oro cincelado, el esmalte, el ópalo y la piedra luna, elementos que aportaban a sus joyas innovadores elementos, como la luminosidad, la transparencia y nuevas texturas. Su arte magistral y sofisticado atrajo la atención de los mejores artistas y aristócratas de su época, como la actriz francesa Sarah Bernhardt, que jamás salía de casa sin sus joyas con ópalos, diseñadas por Lalique.
Junto con la Turmalina, es la gema más apropiada para los que ha nacido en octubre.
LO QUE HAY QUE SABER
CURIOSIDADES Y UN POCO DE HISTORIA
Supersticiones sobre sus efectos en el espíritu, el cuerpo y la mente
Se recomienda a los que necesitan serenidad. Ayuda a calmar la depresión y la apatía. Incrementa la fuerza del pensamiento y la conciencia. Favorece las situaciones románticas. Aporta vigor y alegría a los débiles de espíritu
PROPIEDADES FÍSICAS:
DUREZA:
Baja. 5 - 6,5 en la escala de Mohs.
Fragilidad alta
PESO ESPECÍFICO:
Bajo y variable 2,0 / 2,25
el ópalo ópalo de fuego